viernes, 28 de junio de 2013

¿Se han agotado mis lágrimas?

¿Me he rendido ya?

¿Da esta libreta cada vez más pena?

Si la respuesta es afirmativa, realmente me da igual. Prefiero no llorar aunque el dolor sea tan inmenso que traspase fácilmente corazón, costillas, carne y piel y salte hasta este papel.

Tengo que olvidarte. Mejor, olvidar que te quiero (lo de dejar de hacerlo ya está más chungo). Seguir viviendo y soltarme de tu mano, que aún me agarra con disimulado brío, aunque digas que no me quieres como yo te quiero a ti. Aunque no quieras estar conmigo y ya sueñes con el sol de nuevos horizontes.




Me quiero recuperar. Recuperarme a mí misma. Y volver a reír de verdad aunque no estés cerca. Y que nuestros recuerdos juntos ahuyenten el dolor, y no lo llamen. 

Quiero desaparecer* y volver a aparecer, y que todo sea:




Que sea BIEN y no MAL. Porque sin ti ahora es FATAL. Que pasen pronto las páginas y que en las últimas hojas se lean palabras serenas, seguras. Palabras de olvido y cariño. Curadas ellas, curada yo.


Por favor...



*No te dejé de querer. Dejé de insistir.

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